Fincas rústicas. Crece el interés por este tipo de propiedades.

En España, la compraventa de fincas rústicas ascendió a 10.230 unidades en noviembre de 2015 (último dato disponible del INE), un 1,3% en términos interanuales. Expertos del sector corroboran el interés por este tipo de bienes que, por otra parte, se ha mantenido bastante estable en los últimos años, sin sufrir las fluctuaciones que otros segmentos inmobiliarios han padecido.

Las fincas con explotación son las que tienen mayor demanda. La clasificación más básica sería la de cultivo, ganadera o cinegética; o una combinación de ellas, que es lo más frecuente. Además, una finca que produce algo abre la puerta a ayudas como las otorgadas por la PAC (Política Agraria Común). Si bien es cierto que la nueva normativa de la PAC que entró en vigor en 2015 fija unos requisitos mucho más estrictos que los anteriores para acceder a este tipo de subvenciones. Así, ahora es necesario demostrar que se ejerce una actividad agraria real y que se obtienen unos ingresos de mercado (ventas agrícolas y ganaderas) que supongan un mínimo del 20% de lo producido.

Pero no todo es cultivo, caza y ganado. En la mayoría de fincas rústicas se mezcla inversión y diversión. El perfil del comprador suele ser el de un directivo con buena posición económica, al que le gusta el campo y se plantea esta operación como una compra de una segunda residencia que a la vez produzca para cubrir, al menos, el mantenimiento de la finca.

 FUENTE: Expansión (05/02/2016)